Menuda desgracia para el revival del mejor power-pop de los ’70, cuando un accidente de furgoneta acabó con la vida de tres de los componentes de este grupazo. Como único lp en estudio nos queda esta ración del mejor punk-pop hecho en toda la década pasada. Casi nada. Un calambrazo descomunal que regurgitaba en el espíritu de los Clash, cuando le tocaba a Mick Jones -“Rumours In Town”, la voz de Cox era muy parecida a la suya- , el Costello de “My Aim Is True” (1978) – I’m A pretender”-, Los Undertones – “Modern Kicks”-, los New York Dolls menos agresivos – “ Boulevard Trash” o los mejores Buzzcocks – “Thorns In Roses”. Con una portada digna de Johansen, Thunders y compañía y una producción que remite a un sonido de épocas pretéritas. No intentaban engañar nadie. Aquí de lo que se trataba era de captar la magia y encauzarla en una llama incandescente de rock anfetamínico, hecho para olvidarte de todo, mientras la quinta cerveza que te atraviesa el gaznate se alía con la parte de tu cerebelo que te obliga a utilizar el cuello como un muelle oxidado. Imposible quedarse con algún corte sobre otro, en menos de media hora, despachan diez ganchos, de una altura igual, o superior, a la de un “Is This Is It” (2001) de The Strokes. Y si no os lo creéis, escuchadlo, y ya me daréis la razón.
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