Mañana comenzaré con las listas de los discos que, a mi entender, son los más importantes de los ’80 dentro del ámbito del pop y rock. La primera será la americana. Década en la que se abrieron los caminos del rock, guiados por el espíritu de la Velvet, hacia horizontes que no se divisaban ni con telescopio, hasta que a mediados de los ’70 llegaron Televisión, Talking Heads, Patti Smith y toda la No wave neoyorkina con un torrente de ideas que partiendo, incluso, de otras artes como la pintura o la literatura, dotaron de una dimensión más amplia a un animal herido y domesticado llamado rock. Éstos sembraron el camino para que grupos del calibre de Swans o Sonic Youth llevaran a cabo propuestas transgresoras, y nunca antes vistas, para dejar el rock en el hueso y redefinirlo desde cero a base de vanguardia, crudeza, ruido, mensaje y una intensidad endemoniada. Desde Los Ángeles Black Flag, The Gun Club o los Dead Kennedys reinventaban el punk, cada uno en su estilo, y en Washington Fugazi partían de la matriz de Minor Threat y Rites of Spring para ampliar los límites del hardcore hasta límites insospechados. Algo que se adivinaría decisivo en todo lo que vendría después. No podemos olvidar el fenómeno de las “College rock”, emisoras universitarias en las que R.E.M., The Feelies o The Replacementes se dieron a conocer. Años desiguales para clásicos como Neil Young o Bob Dylan, que no sabían cual era su lugar en una escena que había cambiado demasiado en pocos años. Otros como Tom Waits, el Boss, Leonard Cohen y Lou Reed vivieron unos de sus momentos más gloriosos con discos que marcarían época – “I’m Your Man”, “Nebraska” o “New York”- y supieron sobrevivir a una década en la que el hervidero de ideas llegó a un nivel tan alto, que su sombra se deja ver cada vez por más y más grupos, nuevos y no tan nuevos. Porque lo que hicieron Big Black, Pixies, Dinosaur Jr o Hüsker Dü sigue siendo muy superior a todo lo que se hace hoy en día. Por desgracia.
Como en la de los ’90, incluiré a los artistas canadienses en la lista, por cercanía y para no hacerme, ni haceros, la picha un lío. No volveré a incluir nada de Hip-Hop, Jazz o todo lo relacionado con la música negra, salvo artistas como Prince o Michael jackson - ya que considero que sus propuestas son más poperas que otra cosa- porque estos se merecen un apartado aparte, y muy importante, del que podréis difrutar más adelante. Así que, no os asusteis si no veis grupos de la importancia de Public Enemy, De La Soul o Bobby Womack porque tendrán su propio papiro. Espero que os guste.
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