CLÁSICOS OCULTOS: Colin Newman "A-Z" (1980)

Aún no se ha calibrado en su justa medida la importancia de Colin Newman en el devenir de la música popular de los últimos 35 años. Líder de la banda más inteligente e innovadora del punk británico en su eclosión a finales de los ’70 , los imprescindibles Wire – ahí queda para el recuerdo la trilogía imbatible y en constante progresión de “Pink Flag” (1977), “Chairs Missing” (1978) y“154” (1979)- comenzaría su carrera en solitario durante el paréntesis que se tomaron al finalizar “154”. Planteando una supuesta viabilidad más comercial – hay está el gancho irresistible de “Order For Order” o “Not Me”, dos de los mejores cortes jamás compuestos por Newman-, lo que al final nos encontramos es la lógica continuación al trío de obras maestras con las que arrancó su carrera al frente de la banda madre. Haciendo un uso providencial de los sintetizadores, como elemento vertebrador del cuerpo sonoro,  consigue crear un sonido panorámico donde la influencia de Eno se hace bastante evidente – “Seconds To Last”- y se van desarrollando una amalgama de diferentes atmósferas – unas abruptas “Troisieme” y “B”, otras más relajadas y llenas de pequeños descubrimientos “Image”, la cual se puede ver como un antecedente de los geniales Eyeless In Gaza- las cuales, conviven en armonía milimétrica. Estamos hablando de una obra mutante – “S-s-s-s star eyes”- , imprevisible – “The Classic Remains”, una de mis favoritas, es como un vals del futuro interpretado por una horda de androides caníbales- pero directa – “But no” o “I’ve waited Ages”-. Todo un hito. Compuesta por una infinidad de piezas y hallazgos, nos encontramos ante un  puzzle con dimensiones de mural, donde se confunden punk, rock, pop, tecno y vanguardia con una naturalidad desarmante, mostrándonos a nuestro héroe como lo que es: Una de las mentes más inquietas, brillantes, claras e influyentes de la historia de la música popular. ¿Que habría sido de Mission Of Burma, Gang Of Four, Big Black y una infinidad de más artistas de relevancia sin sus discos?. Como apunte personal, para acabar de recomendar esta obra arrebatadora, no me queda más remedio que mencionar dos de mis canciones favoritas, y que seguro que estarían siempre en la banda sonora de toda mi vida: El pop anfetamínico de “& Jury” y el punk-pop rugoso de “Don’t Bring Reminders”. Inagotable es quedarse corto.

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