Superbanda formada por Ivo Watts- Russell, fundador del mítico sello discográfico 4AD, y el productor John Fryer. A lo largo de su trayectoria, compuesta de tres excelentes albumes, irían dejando su granito de arena, en forma de colaboraciones, algunos de los artistas más representativos del sello británico. Nombres tan importantes como los de Howard Devoto – Buzzcocks, Magazine-, Tanya Donnelly –Throwing Muses, Belly, The Breeders- y Kim Deal – Pixies- The Breeders- fueron algunos de ellos.
Conseguirían ser mucho más que un divertimento pasajero gracias a un sonido marca de la casa, basado en un dream pop, riquísimo en matices y variaciones, de miras con reminiscencias a los Siouxie and the Banshees, pero con bastantes más posibilidades estilísticas, gracias una paleta de intrumentaciones más extensa gracias a la que harían un uso primordial de los temas instrumentales. Pero su rasgo más significativo fue sin duda su catálogo de versiones dominado por el buen gusto y la adaptación de clásicos de bandas psicodélicas,folk o más poperas de los ’60 y ’70 –Big Star, Syd Barret-. Darían su primer paso discográfico con este excelente ep, en el que los Cocteau Twins son los máximos protagonistas –este disco podría colar perfectamente como un disco de su propia cosecha- y que será siempre recordado por la emocionante versión de la inmortal “Song To The Siren” de Tim Buckley, nunca Liz Fraser cantó con tanta convicción y fuego en la garganta. Adaptación respetuosa, pero llevándola a un plano menos carnal y más ensoñador, ya es razón más que suficiente para dejarse embuir por este cuarto de hora de música misteriosa, taquicárdica y hermosa. La maravilllosa versión con el medley “Sixteen ways- Gathering Dust”, originales de los Modern English, hecha también por los Cocteau Twins y la ayuda de la voz distorsionada y desbocada de Gordon Sharp – Cindytalk- y los propios Modern English acaban por darle el status de clásico del pop gótico a este bombón envenenado, que nos deja para el final un brillante reprise instrumental de “Sixteen Ways”.
Conseguirían ser mucho más que un divertimento pasajero gracias a un sonido marca de la casa, basado en un dream pop, riquísimo en matices y variaciones, de miras con reminiscencias a los Siouxie and the Banshees, pero con bastantes más posibilidades estilísticas, gracias una paleta de intrumentaciones más extensa gracias a la que harían un uso primordial de los temas instrumentales. Pero su rasgo más significativo fue sin duda su catálogo de versiones dominado por el buen gusto y la adaptación de clásicos de bandas psicodélicas,folk o más poperas de los ’60 y ’70 –Big Star, Syd Barret-. Darían su primer paso discográfico con este excelente ep, en el que los Cocteau Twins son los máximos protagonistas –este disco podría colar perfectamente como un disco de su propia cosecha- y que será siempre recordado por la emocionante versión de la inmortal “Song To The Siren” de Tim Buckley, nunca Liz Fraser cantó con tanta convicción y fuego en la garganta. Adaptación respetuosa, pero llevándola a un plano menos carnal y más ensoñador, ya es razón más que suficiente para dejarse embuir por este cuarto de hora de música misteriosa, taquicárdica y hermosa. La maravilllosa versión con el medley “Sixteen ways- Gathering Dust”, originales de los Modern English, hecha también por los Cocteau Twins y la ayuda de la voz distorsionada y desbocada de Gordon Sharp – Cindytalk- y los propios Modern English acaban por darle el status de clásico del pop gótico a este bombón envenenado, que nos deja para el final un brillante reprise instrumental de “Sixteen Ways”.
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