Lo prometido es deuda. Esta es la primera de las cuatro partes dedicadas a una selección de veinte discos internacionales que no aparecen en las listas más eruditas, o están en posiciones irrisorias,....de lo mejor del año que nos acaba de dejar, pero no por eso tienen nada que envidiar a la mayoría de discos elegidos -Bon Iver, James Blake y compañía- por las publicaciones más consagradas, y de los que ya hablé, en algunos casos, pero no está de más recordar. Hay van cinco debuts para el recuerdo.
Yuck; “Yuck”. Cuasi-adolescentes que sintetizando la poesía eléctrica de Dinosaur Jr con las brumas crispadas de electricidad de Sonic Youth se sacaron de la manga un discazo que no inventa nada nuevo pero pone sobre la palestra a una banda con la urgencia del primerizo, una habilidad innata para los medios tiempos y, sobre todo, talento a raudales.
Ps I Love You; “Meet Me At The Munster Station”. La moda del dúo basado en guitarra y batería – No Age, Japandroids, etc...- alcanza una de sus cimas en esta media hora de rock epidérmico, interpretado con una fuerza intimidante y profundamente contagiosa.
Iceage; “New Brigade”. Punk-pop destartalado tocado a velocidad de cruceros en apenas veinticuatro minutos, dosificados en doce hostiazos con la mano abierta. Urgencia y tensión.
Veronica Falls; “Verónica Falls”. Escarbando en el legado de los Pixies, con inusual pericia, para llevar a su terreno un pop perturbado por guitarras vitaminadas y rugosas, que sirven como armazón a una voz deliciosa que cuando lo necesita se deja empapar por aires a lo Mamas & The Papas, en forma de coros celestiales.
Josh T. Pearson; “Last Of The Country Men”. Antiguo lider de los colosales Lift To Experience, y vuelta al ruedo diez años después. En solitario, y con el “Nebraska” (1982) en la recamara, lo consigue superar en emoción gracias a siete cancioes-río donde se desnuda con sinceridad aterradora. Debut del año, de laaaaargo.
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