La cantidad de eps memorables que hicieron los escoceses entre el 1997 y el 2001 (recopilados en el imprescindible “Push Barman to open old wounds 2005) provocaba, que a veces escucharas sus discos post-“If you’re feeling sinister” con cierta desgana esperando otro movimiento en corto, en los que han sido, junto a The Smiths y My Bloody Valentine, el grupo del circo pop más representativo de estas tres últimas décadas. Como colofón a su periodo más fértil, llegaba esta santísima trinidad del pop compuesta de algunos de los mejores temas que haya compuesto Stuart Murdoch, y que comenzaban con la titular del disco, y sus aires de melodrama sesentero con “Muro de sonido” a lo Phil Spector, revistiendo unas melodías memorables que engarzan con un estribillo de vertigo, de los que no se olvidan, nunca. Las otras dos joyas brillan con tal intensidad que, realmente, cuesta no volver a poner la aguja desde el principio, otra vez, cuando están languideciendo las postreras notas de, la hermosísima tonada otoñal, de “Marx and Engels” y entre medias suena el festín de pop circense, con final a carnaval de New Orleáns, de la arrebatada “I Love my car”. Que buenos tiempos aquellos...

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