Ahora que ha vuelto más de veinte años después, con el magnífico “The Coldest winter For A Hundred Years”, es de recibo recuperar el primer, y nunca igualado, paso discográfico del proyecto de Paul Simpson. Arrebatadoras, exaltadas y preñadas de una intensidad desbordante se muestran estas dos muestras de pop pluscuamperfecto. Porque tanto “The Revolutionary Spirit” como “God Forbid”, son de esas que al acabar de escucharlas, te quedas con la misma sensación, de plenitud total, que te dejan los grandes discos de The Smiths, New Order o The Go- Betweens. Increíble la injusticia que ha sufrido este personaje clave en la historia de la trastienda del pop británico, y que fue cofundador de los maravillosos Teardrop Explodes. Esperemos que con su vuelta al ruedo, siempre desde la barrera, vuelva a dejar algunos corazones más, sobrecogidos, ante un talento que pudo dar más de sí, en cuanto a cantidad de discos publicados, pero que cuando lanza el dardo, la diana de la emoción siempre queda perforada.
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