jueves, 22 de marzo de 2012

CLÁSICOS EN LA SOMBRA: Siouxie And The Banshees "Tinderbox" (1986)

Última gran obra de los Banshees, y una de las menos reconocidas, que ha ganado con los años, sobre todo gracias al revival ochentero de gente como The Rapture o Interpol, que si para algo han servido es para revalorizar -las comparaciones son odiosas- tesoros ocultos como el que nos ocupa. Pero vayamos al grano. Siguiendo la evolución natural, desde esa muestra de crispación en estado puro con el que debutaron, “The Scream” (1978), llegamos ante la lógica conversión de los Banshees en un rotor de pop vigoroso y expansivo, en el que es su disco más homogéneo. Toda una construcción hacia nubes eléctricas, hecha a base de capas de brumas sintetizadas, que arropan la maquinaria rítmica de Budgie y Severin, e insuflan poderío a la tormenta melódica y letal que despliega Carruthers desde las seis cuerdas. Algo tan, aparentemente, sencillo, pero que sin las ideas clarísimas y el estado de forma brutal en el que se encontraban los lacayos de la diosa Siouxie, no hubiese llegado a su fin. El trueno perfecto. Un viaje a través de las obsesiones y sueños en blanco y negro, sobre ciudades en descomposición –en ese single perfecto llamado “Cities In Dust”- , pederastia – “Candyman”- o la aparición del espíritu del amado muerto – “The Sweetest Chill”-, que añade nuevas bifurcaciones al imaginario tejido entre sueños, pesadillas y realidad de la musa más famosa de la escena gótica. Escena a la que ,como se demuestra en este discazo, este combo no pertenecía. Sería limitarlos. Estamos ante una obra de pop irradiante, con el nervio del post-punk y unas subidas y cambios de ritmo celestiales – “92 Degrees”-, pero a diferencia de la caricia dream-pop, lo que aquí recibimos, es mas bien, una bofetada, de las que pones la otra mejilla, por puro placer. En definitiva, otro gran disco de los de Siouxie, que debería darles la credibilidad necesaria, para ser más conocidos por su música que por su estética. Estética, que al igual que The Cure, siempre se volvió contra ellos, haciendo que acabaran siendo más recordados por su pose que por sus logros musicales. Logros tan valiosos como el que nos ocupa.

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