LA CARA B DEL AÑO: Confirmaciones.

Telekinesis “12 Desperate Straight Lines”. Confirmación, por todo lo alto, de todo lo apuntado en su debut “Telekinesis” (2009), gracias a una ración de pop fibroso de gancho irresistible, que tanto bebe de los estribillos apasionados de los Go-betweens, del arrebato eléctrico de Sunny Day Real State, como de las lineas de bajo demoledoramente melódicas de los Cure de “Just Like Heaven” o “High”.

Let’s Wrestle “Nursing Home”. De la mano del Rey Midas del underground, el insobornable Steve Albini, surge esta obra que recuerda al lado más soleado los mejores Sebadoh. Pequeños grandes placeres.

Wye Oak “Civilization”. Una de las grandes promesas de la ciudad de modo del mundo pop actual – Animal Collective, Beach House- demostrando  que lo suyo va muy en serio. Un disco como una catedral, mirando hacia el cielo, con los cimientos sólidos como los diamantes de pop simétrico que los conforman. Emoción pura.

Peter Broderick “Music For Confluence”. Da igual que se le de por cantar, tocar el violín o el serrucho, siempre te deja pegado al sillón mientras te ayuda desparramar los malos pensamientos a la basura del olvido. En este caso, nos ofrece un tratado en música instrumental – salvo en algún momento puntual cantado- pausada, clásica y vanguardista para perderte sin necesidad de buscar la salida. Uno de los secretos mejor guardados del indie actual.

John Maus “We Must Become The Pitiless Censors Of Ourselves”. Cierto que ha tenido repercusión, sobre todo a raiz de sus polémicos conciertos, pero aún no se le ha dado la suficiente importancia al “difícil tercer disco” de este profesor de filosofía. El revival de tecno-pop más inteligente e inspirado de los últimos años. Para los que saben que los prejuicios son para los que no saben exprimir la vida, y que lo más importante es disfrutar lo máximo posible.