Binomio
conformado por Martin Rev y Alan Vega, Suicide comenzarían a foguearse desde
comienzos de los ’70, rompiendo con todo lo establecido y, de paso, dejando con
cara de alelados a la parroquia de la escena neoyorkina con su inusual encuadre
musical. Con Martin Rev ocupándose de la parte instrumental, este se dedicaba a
tejer una base rítmica sintetizada minimalista sobre la que se generaba un
rotor repetitivo de farfisas y sintetizadores mecanizados, cercanos a un mantra
hecho en las cloacas de Marte. Por su parte, Vega se servía del trabajo de Rev
para exhibir su mezcla de estrella del rock & roll de los años 50 y animal
rabioso parido en una esquina del Lower East Side más cochambroso. Provocación
asegurada, Suicide daban conciertos en los que Vega se confrontaba al público
de manera directa, y de los que el mejor ejemplo posible es “23 minutes Over Brussels” (1978),
grabación de una actuación que acabó en pelea y que es considerada como uno de
los puntos álgidos de la historia del punk. Término “punk” del que, por cierto,
Rev y Vega fueron los primeros en hacer uso para denominar a su música.
“Dream Baby Dream” es un ep que sirve para adelantar el sonido menos caústico de su segundo paso discográfico en largo, después su lp de debut “Suicide” (1977) - uno de los discos más excitantes y visionarios de la historia -. Con la ayuda de Rick Ocaseck - uno de sus más fervientes admiradores - Tanto “Dream Baby Dream” como “Suicide” (Second Album) (1980) son muestras de un paso adelante en pos de canciones que no buscan tanto el puñetazo indiscriminado, como en su anterior disco, sino la caricia magnética, con su mayor concepción pop. “Dream Baby Dream” es el ejemplo perfecto a esta metamorfosis, una maravilla que sigue con la fórmula de su anterior disco, suavizando las formas, emocionando como solo lo pueden hacer los clásicos atemporales, y la cual podemos disfrutar tanto en su versión original como en la extendida. Para cerrar el círculo, “Radiation” se encarga de turbar por las carreteras secundarías que llegan directamente al subconsciente. Pura abstracción synth-pop.
Siempre de espaldas al éxito comercial, por lo que siempre serán recordados Suicide es por haber sido uno de los grupos más influyentes de la historia. Historia que les debe las claves sonoras de la música industrial - Cabaret Voltaire, Throbbing Gristle -, y del posterior synth-pop, aparte de su concepción de dúo musical dentro del mismo estilo - Soft Cell, Yazoo, OMD… -. No acaba aquí su rastro cuando formaciones tan alejadas como Spacemen 3, Gang Gang Dance o Big Black los han citado siempre como fuente de inspiración. Solo decir que hasta el mismísimo Bruce Springsteen terminaba los conciertos de su gira del “Devil & Dust” (2004) con una versión de “Dream Baby Dream”, titular de este ep.
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