No hay mejor manera de calibrar la grandeza de Mark Kozelek que con pequeños tesoros ocultos, como este. Perdida entre los surcos del maravilloso ep "Shock Me" (1994), brillaba con luz propia, a fuerza de sacar el máximo jugo, con lo mínimo: Una voz ingrávida de efectos curativos, perdida en una telaraña acústica trenzada con acordes carnosos y cristalinos.
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